El fieltro es un textil cuyas
fibras, en lugar de estar hiladas y posteriormente tejidas como en el caso de
la mayoría de las telas, se encuentran conglomeradas, entrelazadas entre sí por
medio de la acción mecánica y gracias a sus propiedades físicas. Se hace
generalmente con vellón de lana, a través de dos técnicas básicamente: el amasado o fieltro en húmedo y el agujado
o fieltro en seco. Puede realizarse en formato de telas planas,
o bien ser modelado para generar múltiples formas, texturas y volumen. Puede
variar en cuanto a la densidad, siendo más o menos impermeable, y se puede
cortar, coser y teñir, como una tela cualquiera. Además, la diversidad de color
y la posibilidad de la incorporación de otros materiales permiten la
realización de infinidad de efectos y diseños. Todas estas posibilidades hacen
del fieltro un medio expresivo sin límites, y un material de una enorme
aplicabilidad, tanto para producciones utilitarias como no utilitarias.